Siempre desde pequeño, me ha generado confusión, ese tipo de
personas que les ves en una escalera mecánica y no sabes si suben o si bajan,
¿fracasado bienhechor o reformado malhechor? No me veo capaz de responder a
dicha pregunta sin tener un conflicto emocional conmigo mismo.
Desde bien pequeños este personaje me ha tenido absorto en
un debate interno sobre a qué dirección va el alma de este peculiar usuario.
Un ejemplo del conflicto que quiero mostrar lo tenemos en la
comparativa de ciertos caminos escogidos en su vida sin remordimiento alguno.
Desde primaria, él siempre fue de los primeros en clase, sus
cualidades de saber escuchar, ser responsable y trabajar duro hacían de esto un
hecho, en cambio yo, romántico de mí siempre tenía la cabeza llena de cosas
fantásticas y maravillosas, tanto que uno de los primeros días de colegio, tras
la advertencia del profesor de no dibujar unas basculas en un examen, sin
escuchar la advertencia, dedique esfuerzo y amor en hacerlas, en lo que este
pequeño personaje, habiéndome visto cometer el error, su única estrategia de
acción fue la de reírse de mi muy alto y muy fuerte para que todo el mundo, por
muy distraído que estuviera, pudiese darse cuenta de mi error y participar en
la burla.
Ese fue mi primer contacto con él, y me pareció una mala
persona, muy mala persona.
No sé por qué, pero iniciamos algo parecido a una amistad y
recuerdo que todas las navidades íbamos a cantar villancicos a las residencias
para hacer sentir compañía y calor a los ancianos en aquellas fechas tan
señaladas. Quitando el postureo de lo que el tema lleva en sí, yo era evidente
que hacia esto porque luego te recompensaban con una rica merienda y GRATIS,
pero él, no mostraba interés alguno por la merienda de después y teniendo en
cuenta que no existía twitter, Instagram o Facebook está claro que tampoco lo
hacía para subir fotos y que le llenen de likes posturistas. Simplemente lo
hacía porque le reconfortaba ayudar, solo por eso. Alimentaba algo así a lo que
se llama altruismo y por muy mitológico que parezca este sentimiento existe, o
eso dicen tampoco me he puesto a investigar sobre el tema.
Como estas antagónicas acciones hay muchas más, pero en
concreto quisiera destacar una de ya bien mayorcitos.
Eran las fiestas de una ciudad famosa por su elaboración de
vino provincial. Mayores como para poder dedicarnos a todos los vicios, pero no
lo suficientes como para predecir el futuro mediante la experiencia, nuestra
arrogancia hizo que, acabándose todas las opciones de ocio, aún quedasen más de
un par de horas para poder regresar a nuestros hogares.
Gracias a eso, tuvimos que recurrir a conciliar el sueño
creado por los excesos y el aburrimiento dentro de un cajero.
Como buenos enamorados del ocio y la crueldad gratuita,
hicimos la “broma” de dejar fuera a uno de nuestros amigos, impidiéndole así el
confort y el bienestar que aquel cajero nos aportaría durante las terribles
horas de espera nocturna.
Este, víctima de las comedias americanas de grupos de amigos
que se bromean, y luego todo termina con una tierna música, entre las risas del
público, decidió actuar como tales guiones.
No se le ocurrió otra cosa que llamar rápidamente a la policía,
alegando que había fuego en un cajero y que acudieran al lugar indicado.
Justo en el momento de colgar, su mente ya le empezaba a
atormentar con las posibles consecuencias de lo hecho, y dos minutos después, un
grupo patrulla de policías secretas fueron a echarnos del cajero, mientras
tanto nuestro futuro enemigo apagaba su móvil y se escondía para ver la
situación desde un punto de vista más seguro.
El cómo nos enteramos de la traición es otra historia, pero
nos enteramos, y al enterarse, el protagonista de esta historia, no hizo otra
cosa que reírse de él, una situación que me era familiar por el pasado, con una
crueldad y una amplitud de voz elevada, para que todas las personas que
estuvieran alrededor, pudiesen percibir como lograba herirle.
Aquí, aunque merecido no es justificada tanta crueldad y
luego, me entero de que este usuario tiene apadrinada a una niña desde los 17
años hasta el día de hoy.
Puede que los primeros años lo hagas gracias a la influencia
de tus familiares o lo que sea, pero con el tiempo, esta buena acción se va
convirtiendo en una elección personal, solo por ayudar, y si lo mantienes en
silencio es porque piensas que no es algo de lo que presumir, y esto último
corrobora su buena acción.
Sinceramente, aunque a veces actúe mal, las veces que hace
el bien eclipsa todo lo demás, y por eso opino que este increíble personaje podría
catalogársele como el punto blanco que esta sobre la mancha negra del yin yang
y como dice un célebre personaje; “si todos fueran como ned quien necesitaría cielo?,
ya estaríamos en el”